ALMERÍA, 7 Nov. (EUROPA PRESS) -
La Audiencia Provincial de Almería ha condenado a penas que suman nueve años de prisión a dos hermanos que obligaron a una menor con palizas y amenazas a prostituirse en la calle y en un club de alterne de Huércal-Overa después de traerla a España desde Rumania mediante engaños y conseguir que su madre firmase un acta notarial a través de la que la autorizaba a salir de su país natal.
La sentencia de la Sección Primera, a la que tuvo acceso Europa Press, considera a ambos acusados autores de un delito de corrupción de menores e impone a F.R.C., de 37 años, cinco años de cárcel como cabecilla mientras que a su hermano, C.C., que se limitaba a cobrar de manera ocasional las ganancias que obtenía la víctima, le condena a cuatro años de prisión. Los dos deberán indemnizar a la menor con 6.000 euros por los daños morales causados.
La víctima llegó a España en septiembre de 2010, con 16 años, de la mano de F.R.C., quien la engañó con la excusa de unas supuestas vacaciones y también embaucó a la madre, de la que logró que firmase una especie de acta notarial con la que autorizaba la salida de su hija de Rumania.
Una vez en el municipio de Huércal-Overa (Almería), el acusado la alojó en una casa que compartía con otras mujeres y, con "continúas agresiones y amenazas", la obligo a ejercer la prostitución en la calle, en una zona "a medio camino" entre los clubes de alterne Chévere y Shampoo.
F.R.C., que se quedaba con la práctica totalidad del dinero que ganaba la víctima, a la que solo dejaba mandar una "pequeña cantidad" a su madre, decidió tres meses después que se fuera a trabajar al club Chévere, donde residió y trabajó hasta que en el transcurso de un control de extranjería realizado por la Guardia Civil en junio de 2011 se detectó que era menor pese a que portaba una tarjeta de identidad falsa.
La víctima, a quien C.C. controlaba en ausencia de su hermano y a la que le cobraba el dinero, se dedicó "forzada" durante casi un año a captar clientes, a los que inducía al consumo de bebidas alcohólicas para luego mantener relaciones sexuales con ellos en jornadas laborales de diez horas, de lunes a domingo.
Al propietario del local, la menor, quien no acudió a la vista oral celebrada el pasado día 25, le debía abonar 50 euros por la estancia y cinco euros por contacto mientras que ella recibía la mitad del importe de las copas vendidas y 120 euros por hora de servicio.
El tribunal de la Sección Primera subraya como prueba de cargo para sustentar la condena la declaración de uno de los agentes del Cuerpo Nacional de Policía (CNP) que participó en el control de extranjería ejecutado en junio de 2011 en el club 'Chévere' y que permitió descubrir los hechos.
El testigo aseguró en sala que la víctima le relató cómo llegó a España y los abusos a los que había sido sometida y recalcó que le "impresionó la madre de la menor por su carácter de pobreza e ignorancia". La sentencia rechaza en esta línea la versión de los acusados, quienes atribuyeron las acusaciones a una "venganza" de la menor, que "no quería volver con su madre a Rumanía".
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