lunes, 25 de agosto de 2014

Disputa entre regantes de Huércal-Overa por el agua del manantial de Cabezo La Jara



  • Un centenar de usuarios se releva para hacer guardia 24 horas en el paraje donde se sitúa el nacimiento para «evitar cortes o desvíos»

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Regantes del agua de un manantial  situado en Abejuela, en el Cabezo de Jara, del término municipal de Huércal-Overa, llevan desde el pasado viernes haciendo guardias de 24 horas en el paraje en el que se ubica una balsa de regulación y acumulación «intentando evitar que nos corten o desvíen el agua», aseguró a IDEAL, Francisco García Granados, secretario de la C. U. de las Aguas del Cabezo, entidad en constitución.
La situación es «preocupante» y «tensa» según reconocen las partes implicadas en ella, y es que, la historia se remonta a varios años atrás. Surge en el momento en el que la Comunidad de Regantes Zona Norte suscribe un contrato con la Sociedad de Aguas La Asunción para distribuir ese agua, que, por error o desconocimiento no tenía asignada ninguna concesión. La Asunción, propietaria de los terrenos en los que se ubica el manantial, fue creada hace varias décadas para la gestión y explotación de minas, realizando la inversión necesaria también para abastecer al pueblo de Huércal-Overa, y con la sobrante subastarla para el riego a través del cauce instalado. Una vez que el pueblo ya no se abastecía de ese agua, se destinó toda a los regantes. De hecho, hasta marzo de 2013 los usuarios pagaban el agua a la Sociedad mencionada. El problema surge, según los regantes movilizados, «cuando tiene que ser Zona Norte la que distribuya el agua. No llegamos a ningún acuerdo. Al principio, cuando en 2012 conocemos el contrato entre ambas entidades nos parece bien, pero, en el camino surgen varios escollos: uno es el precio del agua, entendemos que es una agua que emana a 800 metros de altitud que llega a las parcelas por su propio peso, que no necesita motores ni electricidad y que, incluso, para las instalaciones Zona Norte recibió una subvención, y aún así, querían poner el precio del agua a más de 32 céntimos, lo que no nos parecía bien, y un segundo problema, más grave a nuestro entender, es que querían que se tramitase la concesión a nombre de Zona Norte sobre tierras que se estaban usando y luego que cada uno de forma individual se incorporase a dicha comunidad», explicó García.
Ante esto y el «temor de perder los derechos que se creía tener sobre esa agua», y según la versión de los usuarios que hacen las guardias, en 2012 deciden tramitar la correspondiente concesión para el uso del agua ante la Confederación Hidrográfica del Segura, trámite que se ha resuelto a su favor. «Después de 18 meses de tramitación se nos ha dado la concesión del agua. Al procedimiento también se presentaron la CC RR Zona Norte y la Sociedad de Aguas La Asunción que, no respetando la reciente resolución del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, están intentado sin efecto, cortar el suministro de agua a los regantes afectados que son un centenar de familias de las zonas de Los Gibaos, Las Labores y los Pedregales, básicamente», puntualizó Francisco García.
La versión de la Comunidad de Regantes de Zona Norte no difiere en el relato de los hechos, pero sí, totalmente, en la percepción de los mismos. Mientras los usuarios como García criticaron que se les coacciona con dejarlos sin agua con lo que eso supone para sus explotaciones, el presidente de Zona Norte, Blas Jiménez, aseguró que «los que coaccionan son ellos, impidiendo que nuestro empleado pueda entrar en las instalaciones y utilizando las acequias, por ejemplo, sin permiso, cuando saben que son propiedad privada. Además, la concesión que tienen es en precario, todavía no ha finalizado el plazo de recursos, y antes de que termine el procedimiento, por la fuerza, no nos dejan acercarnos a nuestras instalaciones, ya que lo no queremos es que haya una situación comprometida, así que lo que estamos haciendo es denunciar todo lo que están haciendo y que no pueden hacer».
En cuanto a poder llegar a un acuerdo o entendimiento, Jiménez afirmó: «Hemos intentado llegar a acuerdos. Aunque digan que no hay que impulsar el agua, el agua hay que tratarla y eso supone un gasto. Además, les dimos la opción de poner la concesión a su nombre, vinculando, eso sí, indefinidamente la distribución, lo que no podemos hacer es hacer una inversión para distribuir el agua y luego cederles la titularidad como pretendían».
La concesión que se ha otorgado a los usuarios de la futura C U de Aguas del Cabezo se da, según García, «para los usos que venía recibiendo desde hace décadas, dependiendo de dicha agua varias explotaciones ganaderas que no soportarían la interrupción del suministro sin sufrir grandes pérdidas por la falta de agua para dar de beber a los animales».
Sin embargo, y a juicio de Jiménez, «el agua es de mala calidad, tal y como está, no debería usarse ni para uso doméstico ni ganadero» y afirmó no entender «cómo la Confederación concede un uso así sin profundizar en cómo está ese agua».
Nadie aventura cómo acabará la disputa, aunque todos advierten de que tendrá que ser la administración pública o la justicia la que dirima quién tiene razón.
De momento, los regantes que vigilan 'sus' aguas a las puertas de la propiedad privada en la que se ubica el manantial, aseguraron que estarán «indefinidamente» allí a todas horas hasta que tengan seguridad de que nadie se la corte.