Cuevas del Almanzora |
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La zona del paraje de Palomares, en Cuevas del Almanzora, conocida como Cabeza Martino, vestía este miércoles de luto. Un constante ir y venir de personas que se acercaban, en señal de duelo, a la vivienda vecina a la de los tres fallecidos -bautizada como ‘Vista del Mar’-, cerrada a cal y canto después de que pasadas las 21.00 horas del martes, cuando la familia estaba sentada en la puerta de su casa -según vecinos-, se produjera una discusión que acabó a golpe de escopeta con sus vidas. Un conocido empresario de la construcción, que también reside en Palomares, acudía armado a la residencia de los fallecidos. Cuestiones personales Contaban en el pueblo que “alguno había amenazado” a uno de sus familiares y, según la Subdelegación del Gobierno, no hace ni una semana que el presunto homicida había acudido a la Guardia Civil para denunciar una agresión por parte de un familiar de las víctimas. Nada que ver -dicen- con que los fallecidos sean gitanos y el presunto homicida no. “Detrás de eso hay otras cuestiones personales”, cuentan. Pero lo cuentan otros que no son los allegados de los fallecidos, que mantuvieron alejados a los medios de comunicación de su lugar de encuentro para llorar su pérdida. El de ayer fue un día triste para ellos y un día triste también para la familia de José Antonio Z.G., recluida en su vivienda de la Travesía del Secano de Palomares y custodiada por al menos media docena de efectivos de la Guardia Civil. Presencia disuasoria Y es que lo que se respiraba en el ambiente era la intranquilidad y el miedo a la posible venganza, a que la historia que tan trágico desenlace ha tenido no haya acabado. Por eso, desde el Consistorio cuevano, su alcalde, Jesús Caicedo, ha hecho una llamada a la “madurez” y el “civismo”, como también el subdelegado del Gobierno, Andrés Heras, que ha pedido que continúe imperando “el sentido común” y ha garantizado que las medidas de seguridad que se han adoptado son las adecuadas dada la situación. La madrugada del martes al miércoles fue de tensa calma, aunque todo transcurrió con tranquilidad y no se produjo ningún incidente. En los accesos a la vivienda de los fallecidos, apostada una dotación de agentes de la Guardia Civil. También la Policía Local se encontraba presente de manera permanente en el centro de Palomares y numerosos vehículos de la benemérita recorrían las diferentes vías de acceso a la vivienda en la que residía el presunto homicida. Jesús Caicedo afirmaba que “este es un pueblo tranquilo y de gente honrada y trabajadora” y que en Cuevas están “impactados” por lo sucedido. Solicitaba, de hecho, una reunión urgente de la Junta Local de Seguridad. “Necesitamos que, durante un tiempo, nos den tranquilidad” con su presencia los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado, afirmaba el alcalde, para que las cosas puedan seguir en calma. Confusión con el entierro Familiares y amigos de los fallecidos desconocían hasta primeras horas de la tarde si sus cuerpos regresarían durante la tarde de ayer a Palomares y si podían proceder a su entierro ayer mismo. Finalmente, desde el Instituto de Medicina Legal (IML), donde se les ha practicado la autopsia, estaba previsto trasladar hasta la pedanía cuevana de Palomares los cuerpos sin vida, aunque el entierro se llevará a cabo hoy en el cementerio de Sorbas, localidad de la que es oriunda la familia, después de velarla en absoluta intimidad.
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