lunes, 6 de agosto de 2012

Los británicos del Almanzora, ajenos al final del turismo sanitario

El Gobierno de Rajoy pretende ahorrar 1.500 millones de euros impidiendo este uso de la sanidad pública. El Hospital La Inmaculada da cobertura a 40.000 europeos


Guillermo Mirón 

Entrada del hospital La Inmaculada.   [ La Voz ]
El pasado mes de abril, la ministra de Sanidad, Asuntos Sociales e Igualdad, Ana Mato, explicó ante los medios de comunicación los futuros cambios en la Ley de Extranjería para evitar el turismo sanitario. El objetivo del Gobierno central es evitar que familiares de residentes extranjeros legales vengan a España “exclusivamente” a recibir atención sanitaria. A partir de ahora, al empadronarse se pedirán una serie de requisitos, es decir, se tendrán en cuenta a las personas que “de verdad” viven en España; y los que tienen residencia fiscal en España, “trabajan como nosotros y pagan sus impuestos”, según la ministra española.
En Almería son miles los extranjeros que en los últimos años han llegado hasta nuestra provincia para tratarse en los hospitales repartidos por la geografía almeriense. Algo a lo que el Ministerio de Sanidad quiere poner coto señalando que “había personas que residen en España que incorporan en su tarjeta a todas las personas de su familia que no viven en nuestro país, que venían a recibir atención sanitaria”.
Seguro privado
Ajenos a esta decisión del Gobierno, muchos extranjeros residentes en el Almanzora desconocen la existencia de esta noticia y cómo podría afectarles, si bien es cierto que la disponibilidad de un seguro privado es una constante entre aquellos británicos afincados desde hace varios años. En el matrimonio formado por Chris y Hellen, ambos superan los 60 años de edad. Llegaron a Arboleas hace 18 meses. No sabían nada de la modificación de la ley y, aunque afirman que van a “optar por un seguro privado”, no dejan de expresar sus temores sobre la nueva situación sanitaria durante la entrevista. Sin embargo, el matrimonio Edkins no oculta su llegada hace diecinueve meses para que ella pudiera tratarse y operarse de la rodilla.
“La sanidad pública aquí es muy buena; mejor que en Inglaterra”, reconoce la mujer, también pensionista. Ahora deberá empadronarse en Partaloa si quiere ser tratada en un hospital público español. Para Adele, residente en Arboleas, “no son importantes” los cambios en la ley para que el Gobierno ahorre 1.500 millones de euros. Desde hace años acude a su seguro privado cada vez que lo necesita. Ella tampoco había “oído hablar” de la modificación de la ley pero entiende que el trato que actualmente le ofrece su compañía “es muy bueno”. Lo mismo sucede con Anne, que también reside en el municipio arboleano y que, un instante después de ser preguntada por el uso que ha realizado de la sanidad pública española, nos muestra su carné de Sanitas.
Hace unas semanas, el alcalde de Arboleas, Cristóbal García, se preguntaba por qué tan sólo la mitad de su población está registrada en el consultorio médico de un municipio donde el 50% de sus vecinos son ingleses. García apuntó hacia un trato de favor para otros consultorios del valle, pero la realidad es que un número significativo de los más de dos mil británicos afincados en su municipio confía en la sanidad privada. El turismo sanitario se había convertido en una constante en hospitales españoles como el de Huércal-Overa, que da cobertura a unos 40.000 europeos residentes en el Levante y el Almanzora. Un sistema sanitario “de calidad” y “mejor que el inglés”, según los propios británicos, era el culpable. A partir de ahora, tendrán que demostrar que son uno más en su municipio almeriense si quieren seguir pasando como otro paciente más.



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