Oigo el grito desgarrador
De quien tiene hambre,
De quien tiene frió,
De quien muere,
Como la hierba
O como una simple mosca.
Nadie tiene sus manos limpias,
No puedes decir ¡que les ayude Dios!
Dios, quizás no tenga tiempo
Para mitigar su dolor,
Da igual un niño
O una persona mayor
La hambruna
Mata sin edad ni condición.
La resignación me enerva
Oigo decir a los más beatos
Será lo quiera Dios
Ellos Irán a los cielos
Por practicar oración
Aquellos pobres hambrientos
Que no tienen religión
No pararan en el cielo
Por no conocer a dios.
De Antonio Fernandez Fuentes
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