· Cientos
de vecinos acompañaron en la procesión al Santísimo en el recorrido que se hizo
en su día desde la antigua ermita a la actual Iglesia
El municipio de Huércal-Overa celebró
ayer su tradicional Noche de las Lumbres, una cita en la que se rememora la Historia del municipio,
conmemorado el traslado del Santísimo a la Iglesia Parroquial de
Huércal-Overa, desde su antiguo emplazamiento en la carretera Nacional hasta el
actual en pleno centro de la localidad en el año 1.739. Este año se celebraba
el 278 aniversario del traslado del Templo Parroquial.
La tradición
comenzó con la procesión a la que acompañaron cientos de vecinos, entre
ellos el Alcalde del municipio, Domingo Fernández junto a otros representantes
de la Corporación Municipal, con el santísimo en el recorrido que
se hizo en su día desde la antigua ermita a la actual Iglesia. Los vecinos
portaban velas y al paso de la procesión se fueron encendiendo
lumbres por las calles, rememorando así lo que hicieron los antepasados ya
que antiguamente no había electricidad y por ese motivo se tuvieron que
encender lumbres por las calles para acompañar al Santísimo en el recorrido del
traslado.
Parada en el
altar instalado en la casa en donde se encontraba el antiguo Templo y donde
hubo momento para el rezo por parte del Párroco Victor Manuel Fernández,
acompañados de un nutrido grupo de vecinos, entre los que se encontraban muchos
niños.
Al paso de la
procesión se fueron encendiendo candelas y cinco lumbres situadas una a la
altura de la Plaza de Abastos, una segunda en la Plaza Obispo Ginés G. Beltrán,
y las tres tradicionales de las Glorietas.
El Alcalde
señaló que “un año más los vecinos se han echado a la calle para rememorar
parte de la Historia de nuestra Villa, tradición que apoyamos e impulsamos
desde el Ayuntamiento. Los huercalenses han formado parte de la procesión y el
grupo ha sido muy numeroso, contando entre ellos con muchos de nuestros
pequeños lo que nos hace sentir que nuestras tradiciones continúan vivas y van
a permanecer en el tiempo, ellos son la base para nuestro futuro y son los que
tendrán que mantener nuestras costumbres y citas tradicionales por lo que es
desde niños cuando tenemos que hacerlos participes de las mismas”.
Tras la
procesión y finalización de la Eucaristía fueron muchos los vecinos que
aprovecharon para poner la nota solidaria a la jornada ya que Manos Unidas
instaló una barra en la que poder tomar unas tapas con el objetivo de recaudar
fondos para la causa.
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