AGUA, TOCADO Y HUNDIDO (1ª parte).
Julio César afirmó al divorciarse de Pompeya que la mujer de César no solo debe ser honrada sino que también tiene que parecerlo. Terencia la esposa de Cicerón escribía a su amiga Pilia a propósito de la ausencia de esta a la Fiesta de la Bona Dea -diosa romana de la fertilidad, la castidad y la salud-, que no basta parecer honrada, hay que serlo. Había sucedido que durante la celebración de esa fiesta, que era exclusiva para mujeres, en la casa de César y siendo anfitriona su esposa Pompeya, un hombre se coló disfrazado de música de lo que culparon a la mujer de César, aunque éste en un principio la defendió a capa y espada, a los pocos días se divorció de ella pronunciando esa famosa frase.
Esto viene a propósito de los recientes acontecimientos sucedidos en varias poblaciones del levante almeriense con el agua. Me consta que en la ETAP de GALASA donde se potabiliza el agua para esos municipios, no consideran necesario gastar la ingente suma de 10,50 euros en proteger la salud de personas que trabajan allí ¿Qué se puede pensar de la importancia que pueden dar a la salud de miles de personas a las que ni conocen, ni ven?
El asunto es el siguiente, uno de los trabajadores observando que los filtros de su máscara antigás llevaban varios años caducados, se lo comunicó a sus superiores (responsables de cumplir y de que se cumplan la normas de seguridad e higiene en el trabajo y además responsables, en esos momentos, de velar por el buen estado de los Equipos de Protección Individual), comprobando que no sólo no le hacían caso sino que incluso le ponían malas caras, se vio obligado, con la sana intención de preservar su integridad física –razón de ser de los EPIs-, a denunciar la situación ante la Inspección de Trabajo.
A los tres meses de denunciar le cambian los filtros y a los cinco meses recibe el informe de la Inspección de Trabajo en la que le confirman que ya le han cambiado los filtros, que en esa empresa los equipos de protección pasan revisión cada seis meses y punto. Me abstengo de hacer comentarios sobre tan extraordinaria actuación. Varios días después hacen firmar a los trabajadores un papel en el que les traspasan la responsabilidad de sus EPIs.
La explicación que recibe este trabajador de su inmediato superior y responsable hasta ese momento de las revisiones de esos equipos de protección es que “con muy buena voluntad no ha hecho caso de sus advertencias porque es dañino para la empresa”. Si la protección de la propia vida es dañina para la empresa, los trabajadores de la empresa no podrán tener instinto de conservación.
GALASA tiene a gala el cuidado que pone en tomar medidas de seguridad y la falta de accidentes laborales graves, por lo que supongo que habrá recibido los premios en metálico que la Administración destina a las empresas que cumplen los requisitos, de todas maneras 10,50 euros no hacen daño a ninguna empresa, más daño hacen la pérdida de subvenciones y multas por accidentes.
No creo que llene de confianza a las personas de esos pueblos conocer que los responsables de las condiciones higiénico sanitarias del agua que sale por el grifo de su casa, son capaces de poner en riesgo la integridad física de personas que trabajan con ellos y a las que ven la cara todos los días, por 10,50 euros. Lo sucedido este verano se veía venir y en lugar de pedir perdón y depurar responsabilidades, lo que hacen es pedir socorro a Diputación para que le resuelva la urgencia y dinero a la Junta para “resolver el problema”. Así que esos once pueblos pueden decir que han estado en cuestiones de agua: tocados y hundidos.
Volviendo a la frase de César sobre Pompeya, aquí se podría decir que “ni lo son, ni lo parecen” y lo que es peor, “ni quieren parecerlo”.
Continuará…
Luis J. Pasamar
Esto viene a propósito de los recientes acontecimientos sucedidos en varias poblaciones del levante almeriense con el agua. Me consta que en la ETAP de GALASA donde se potabiliza el agua para esos municipios, no consideran necesario gastar la ingente suma de 10,50 euros en proteger la salud de personas que trabajan allí ¿Qué se puede pensar de la importancia que pueden dar a la salud de miles de personas a las que ni conocen, ni ven?
El asunto es el siguiente, uno de los trabajadores observando que los filtros de su máscara antigás llevaban varios años caducados, se lo comunicó a sus superiores (responsables de cumplir y de que se cumplan la normas de seguridad e higiene en el trabajo y además responsables, en esos momentos, de velar por el buen estado de los Equipos de Protección Individual), comprobando que no sólo no le hacían caso sino que incluso le ponían malas caras, se vio obligado, con la sana intención de preservar su integridad física –razón de ser de los EPIs-, a denunciar la situación ante la Inspección de Trabajo.
A los tres meses de denunciar le cambian los filtros y a los cinco meses recibe el informe de la Inspección de Trabajo en la que le confirman que ya le han cambiado los filtros, que en esa empresa los equipos de protección pasan revisión cada seis meses y punto. Me abstengo de hacer comentarios sobre tan extraordinaria actuación. Varios días después hacen firmar a los trabajadores un papel en el que les traspasan la responsabilidad de sus EPIs.
La explicación que recibe este trabajador de su inmediato superior y responsable hasta ese momento de las revisiones de esos equipos de protección es que “con muy buena voluntad no ha hecho caso de sus advertencias porque es dañino para la empresa”. Si la protección de la propia vida es dañina para la empresa, los trabajadores de la empresa no podrán tener instinto de conservación.
GALASA tiene a gala el cuidado que pone en tomar medidas de seguridad y la falta de accidentes laborales graves, por lo que supongo que habrá recibido los premios en metálico que la Administración destina a las empresas que cumplen los requisitos, de todas maneras 10,50 euros no hacen daño a ninguna empresa, más daño hacen la pérdida de subvenciones y multas por accidentes.
No creo que llene de confianza a las personas de esos pueblos conocer que los responsables de las condiciones higiénico sanitarias del agua que sale por el grifo de su casa, son capaces de poner en riesgo la integridad física de personas que trabajan con ellos y a las que ven la cara todos los días, por 10,50 euros. Lo sucedido este verano se veía venir y en lugar de pedir perdón y depurar responsabilidades, lo que hacen es pedir socorro a Diputación para que le resuelva la urgencia y dinero a la Junta para “resolver el problema”. Así que esos once pueblos pueden decir que han estado en cuestiones de agua: tocados y hundidos.
Volviendo a la frase de César sobre Pompeya, aquí se podría decir que “ni lo son, ni lo parecen” y lo que es peor, “ni quieren parecerlo”.
Continuará…
Luis J. Pasamar
AGUA, TOCADO Y HUNDIDO (2ª parte)
El uso del cloro para la desinfección del agua para consumo humano está reconocido uno de los mayores logros en el campo de la sanidad pública durante el S. XX eliminando epidemias de enfermedades tan peligrosas como el cólera, las fiebres tifoideas, o la disentería, sin embargo no podemos olvidarnos del potencial peligro de algunos subproductos de la cloración, entre los que figuran los trihalometanos. Como su propio nombre indica proceden de la sustitución en el metano -CH4- de tres átomos de hidrógeno por halógenos, el más común es el cloroformo -CHCl3-.
Como GALASA reconoce en su comunicado del 10 de junio de 2013 desde las conocidas como “lluvias de San Wenceslao” de finales de septiembre de 2012 se viene utilizando agua del Pantano de Cuevas para abastecimiento de la población, previo paso por la potabilizadora de Cuevas del Almanzora, pero debido a los arrastres de precursores de los trihalometanos, principalmente materia orgánica tipo humus, ya en el mes de mayo los laboratorios de GALASA detectaron la presencia de trihalometanos con un incremento durante el mes de mayo por encima del valor límite autorizado en el RD 140/2003. Hasta el día 7 de junio no aparece en la prensa la noticia de que “Salud advierte que el agua de Galasa no es apta para el consumo” (titular de La Voz de Almería 7 de junio de 2013) y en subtítulo “los técnicos de la empresa, sin embargo, han asegurado a los alcaldes que no se traspasa ninguna línea roja en cuanto a los posibles peligros para la salud”.
La rapidez y formación de trihalometanos se ve favorecida por seis factores: temperatura, pH, precursores orgánicos, cloro residual, concentración de bromo y tiempo de contacto con el cloro. Si durante los meses de invierno la concentración de trihalometanos se ha mantenido dentro de valores, es un hecho que con el aumento de la temperatura aumenta su concentración, por lo que hubiera sido el momento de tomar las medidas que evitaran lo que al final ha sucedido, o sea, que por acción u omisión el agua ha dejado de ser apta para el consumo, con el consiguiente perjuicio para las personas de esos once pueblos a los que sirve la potabilizadora de GALASA, o sea, para sus clientes.
Si como el comunicado de la propia empresa de 12 de junio de 2013 afirma que da por resuelta la situación con celeridad y garantía, la pregunta es ¿por qué los responsables de GALASA han dado lugar a la alerta de las autoridades de Salud el día 6 ó 7 de junio cuando desde mayo tenían los datos?
Aunque dichos resultados anómalos se hubieran dado los últimos día de mayo -no se aclara desde que fecha se estaba incumpliendo el real Decreto 140/2003-, el día 2 ó 3 de junio ya podían estar sirviendo agua desde la Desaladora de Carboneras. Si la solución definitiva es construir una instalación que se puede ejecutar en un plazo de 2 meses, tiempo tuvieron desde finales de septiembre conocedores de los problemas por alimentar la potabilizadora de agua procedente del Pantano de Cuevas, de haber terminado dicha instalación.
Queda claro que era manifiestamente evitable dicha situación que generó un riesgo y potencial afección a la población abastecida por GALASA.
Queda claro quienes son pues los responsables de producir dicha situación que generó riesgo y potencial afección a la población abastecida por GALASA.
Es necesario que se depuren las responsabilidades pertinentes.
Continuará...
Luis J. Pasamar
AGUA, TOCADO Y HUNDIDO (3ª parte).
AGUA, TOCADO Y HUNDIDO (3ª parte).
Habiendo oído voces que me acusan de venganza en todo este asunto por haber sido despedido de GALASA, concretamente de la Potabilizadora -ETAP- de Cuevas del Almanzora, quiero hacer constar unos hechos y que se reflexione sobre la situación de los auténticos afectados que son los clientes de GALASA que se sirven del agua tratada en esa Potabilizadora.
GALASA es una empresa de capital público y gestión privada, la Diputación de Almería es dueña en un 51% y el 49% restante corresponde a los Ayuntamientos de las poblaciones que integran el consorcio GALASA ¿Qué significa esto? Las Diputaciones y los Ayuntamientos no generan ingresos por actividad económica alguna, el dinero que gestionan se lo proporcionan los ciudadanos vía impuestos y tasas, así que los ciudadanos somos los dueños reales de GALASA, correspondiendo a los Ayuntamientos y Diputación velar por nuestros intereses en la gestión de esa empresa. Esto es un hecho.
Es un hecho que el agua tratada en esa potabilizadora incumple desde hace tiempo lo que dice el Real Decreto 140/2003 sobre la calidad del agua de consumo, como así consta en la web del SINAC (Sistema de Información Nacional sobre Aguas de Consumo) en la que aparece que la Delegación Provincial de Salud en algún momento la ha declarado como agua no apta y que aún no ha aparecido comunicado indicando lo contrario de la Delegación Territorial de Salud y Bienestar Social de Almería como ahora se denomina. Si observamos el cambio de denominación de la entidad sanitaria, podemos deducir transcurso de tiempo.
Es un hecho que el RD 140/2003 de 7 de febrero y publicado en el BOE el 21 de febrero de 2003 ya recogía que a partir del 1 de enero de 2009 la concentración máxima de THM era de 100 microgramos por litro, por lo que se conocía hace más de diez años.
Es un hecho que la titulación -según consta en el SINAC- del agua a tratar es A2 (según el grado de calidad del agua a tratar se determina su “tituación” y el tratamiento necesario, siendo A1 la de mejor calidad y menor necesidad de tratamiento, la A2 a continuación con un tratamiento más exhaustivo y la A3 de menor calidad y aún más exhaustivo tratamiento) y que en potabilizadoras similares a la de Galasa, e incluso peor equipadas ya que la ETAP de Cuevas dispone de una planta de Ósmosis Inversa, logran agua de calidad apta para el consumo partiendo de aguas incluso con titulación A3, Granada por ejemplo.
Es un hecho que siendo obligación de Galasa informar públicamente y en un plazo máximo de 24 horas desde que las autoridades sanitarias confirman el incumplimiento, no lo hace hasta el día 10 de junio de 2013 en un comunicado que cuelga en la web corporativa pero que no he encontrado en ningún medio de comunicación escrito, mientras que en los medios de comunicación escrito la noticia sobre el incumplimiento detectado por las autoridades sanitarias por Trihalometanos aparece el día 7 de junio de 2013 (leído en La Voz de Almería).
Es un hecho que en la web corporativa el día 12 de junio de 2013 aparece un nuevo comunicado de GALASA en el que da por resuelta la situación sin que haya aparecido el preceptivo comunicado de la Delegación Territorial de Salud y Bienestar Social de Almería, lo que no ha sucedido hasta la fecha en que escribo esto, el 30 de julio de 2013.
Es un hecho la profesionalidad con la que los trabajadores de Galasa realizan un trabajo que por todos los habitantes y visitantes de la zona es bien conocido.
Es un hecho que los responsables de lo relatado no son los trabajadores ni la empresa, que es una persona jurídica, sino las personas encargadas de la responsabilidad sobre estos hechos expuestos.
Una vez realizado este ejercicio de información en el que no he emitido ni una sola opinión propia, no considero necesario entrar en el tema de mi despido que está pendiente de juicio.
Luis J. Pasamar