La Galería Karton ha conseguido poner un punto de florecimiento
artístico y de apoyo a la creación en Huércal-Overa, lo cual es en los tiempos
que corren algo ejemplar y digno de todos los apoyos. Artistas de todas las
tendencias y procedencias han pasado por este pequeño gran espacio. La última exposición dedicada al artista
cordobés afincado en Valencia Miguel
García Cano es una muestra refinada
y exquisita que hará disfrutar a todo amante del arte y de la naturaleza.
“Oscuridad primordial” ha titulado su autor la selección de paisajes y
naturalezas muertas que la componen.
Paisajes panorámicos descubiertos desde altas perspectivas, sobre los que irradian misteriosas luces que
sugiere ese momento en que los últimos resplandores de la luna llena y los
primeros rayos del sol se entrecruzan creando una atmósfera misteriosa y
seductora. Paisajes y naturalezas muertas con una sola verdura concebidos como
ejercicios de pura abstracción, de eliminación de todo lo superfluo y
accesorio, realizados con una brillante técnica de acrílico fruto de
investigaciones personales. Todo un ejercicio de discreto virtuosismo técnico
al servicio de una idea clara y precisa. Paisajes intemporales, familiares y
desconcertantes, libres de toda anécdota, que nos recuerdan algo visto o
soñado, próximo y lejano, del sur y del norte, pues son esencia telúrica. Como
el artista ha escrito “La imágenes
emergen de nuestro interior desde la
oscuridad más absoluta: el negro. Desde las tinieblas de la nada surge el caos
preñado de todos los posibles. Si imaginamos algo desde nuestro ser más profundo
los visualizamos, en su esencia, envuelto en oscuro”.
Entre el conjunto de paisajes se presenta la muestra de una serie
inspirada en los acantilados de Villaricos, sobre la que está trabajando, que
ejemplifica como ha sabido conceptualizar en tonos de brillante plata el
espíritu mineral de las tierras del levante almeriense, atrapando en una imagen
no solo la geografía local sino la herencia cultural que estas tierras acogen,
desde la cultura argárica hasta la minería del siglo XIX, textos que son
pinceladas se amalgaman en estas pinturas sorprendentes, piel del paisaje que
vislumbramos en aquellos puntos aun no profanados por la barbarie constructiva
y depredadora que algunos municipios han fomentado. Bellezas paisajísticas
atrapadas que pervivirán en estos ejercicios de poesía plástica.
Francisco Javier Pérez Rojas
Catedrático
de Historia del Arte por la Universidad de Valencia
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