Como vecino del municipio asegura haber vivido con sorpresa lo referente al Teatro
PATRICIA LÓPEZ ROJAS / H-OVERA | ACTUALIZADO 05.04.2012 - 05:01
El mundo de las letras tiene grandes representantes en el municipio de Huércal-Overa, entre ellos se encuentra el huercalense Pedro M. Domene, conocido por su labor como crítico y escritor. En la actualidad colabora con diversas revistas y medios de comunicación, Entre sus últimas novelas se encuentran Después de Praga nada fue Igual, Conexión Helsinki o Disidencias. El autor cuenta aDiario de Almería su opinión ante los últimos acontecimientos sucedidos en el municipio.
-Como escritor e intelectual, relacionado directamente con el mundo las letras, ¿qué le ha parecido que eliminen el nombre de Rafael Alberti del Teatro Municipal?
-Eliminar es un vocablo que suena bastante fuerte, créame, y esa ha sido la sensación que hemos tenido cuando hemos visto desaparecer el nombre del Teatro Municipal. ¿Qué le voy a decir? Creo que hay actitudes que por mucho que uno represente a una institución se salen fuera de lo establecido. Democráticamente, no es lo más acertado porque suena a revanchismo y en estos momentos, precisamente, de eso no debemos hacer gala. Las urnas ponen a nuestros políticos en sus puestos, y con nuestro voto confiamos en el buen quehacer de los mismos. En este país hay una evidente alternancia como se ha visto en las últimas décadas y personalmente debemos ser respetuosos, gobierne quien gobierne. Flaco favor le hacemos a los ciudadanos con actitudes caciquiles en pleno siglo XXI, el talante político se mide precisamente por la inteligencia y la tolerancia y de esto parece que algunos aun no se han dado cuenta. ¿Es esta acción un capricho personal? ¿Es ideológica? ¿Revanchismo con todo lo anterior? ¿A quién le hace daño el nombre de Rafael Alberti? Esas y otras más serían las preguntas que deberían hacerse algunos de nuestros representantes municipales y por supuesto estar mejor informados.
-El edil de Cultura, Antonio Lázaro, señaló que no tiene vinculación alguna con el municipio, ¿cree necesaria esa vinculación o es Alberti merecedor por su trayectoria?
-Esto es provincianismo, y este pueblo hace tiempo que dejó de ser provinciano, o al menos algunos lo intentamos con nuestro trabajo en pro de la cultura. ¿Vinculación con el municipio? ¿Es este un requisito necesario o, simplemente es una respuesta política? No sé muy bien lo que realmente piensa nuestro edil, pero le aseguro que nuestros intelectuales, de derechas o de izquierdas, o como se le quiera calificar tienen la suficiente valía, personalidad y obra como para que se hable de ellos, se escriba, se les pongan calles, plazas y teatros. Recientemente, publicaba un libro de ensayos donde de alguna manera reivindicaba la figura de una serie de escritores y al escribir ese libro poco me importaba su ideología (que la tenían, se lo aseguro) pero lo más interesante había sido su labor en una España pre-bélica y post-bélica, habían sido principales figuras de la poesía, el teatro, el periodismo o la novela, y eso era lo que realmente significativo. El libro se llama Disidencias, y eso era precisamente lo importante: sus disidencias en el panorama cultural. Sin duda, y al margen de todo lo que he dicho, Rafael Alberti, es un escritor universal que honra con su nombre un edificio tan extraordinario como nuestro Teatro Municipal. Cuando un grupo de huercalenses asistimos a las representaciones, creo que nos importa más la calidad de lo que allí vamos a escuchar, a ver, o a disfrutar. ¡Que por cierto, somos siempre los mismos y, algunos de nuestros dirigentes políticos, deberían tomar nota y, también, asistir para que, al menos, allí los viéramos!
-En las primeras declaraciones que realizó Lázaro hacía alusión a la ideología del autor, ¿le parece que ha sido el tema fundamental para el cambio?
-Indiscutiblemente, aquí hay un problema de ideología y repito, no me explico los radicalismos en pleno siglo XXI, y en cuanto a la vinculación, me temo que a los huercalenses nos faltan nombres para calles, plazas, edificios o acontecimientos. No hay que salirse por la tangente y una vez que uno ha decidido retirar el nombre de una fachada, explicar de una forma convincente cuál ha sido realmente su intención. Quizá no sea políticamente correcto, pero ya somos mayorcitos para aguantar el chaparrón que nos pueda venir encima. Y mucho me temo que se ha abierto una auténtica guerra ideológica porque, claro, podemos pensar que cuando cambiemos de signo político en el Ayuntamiento, los gestores siguientes volverán a hacer lo mismo y esto si que es algo tremendamente que nadie puede tolerar. La democracia inspira respecto, el respeto nos lleva a la libertad y la libertad es la bandera de los hombres de buena voluntad, y no hay nada más que hablar o decir al respecto.
-¿Cómo ha vivido esta polémica?
-Personalmente, como vecino con alguna sorpresa, incluso no llegaba a creérmelo y como hombre inquieto intelectualmente, me parece una desfachatez porque si con manifestaciones y actitudes como éstas estamos todos los días en la prensa qué pensarán los pueblos vecinos, la comarca, incluso parte del resto de España, sin que esto signifique mucho, aunque parece que a nuestros políticos sí les importa el pueblo y lo que se diga y se haga en él. Ya he leído manifestaciones de personalidades importantes al respecto y no acaban de creerse que pueda haber sentimientos encontrados como los que aquí se manifiestan. Me importa la imagen exterior de mi pueblo, donde convivo con mucha gente, con buenas personas, con inquietos del mundo de la cultura y sino hagamos un recuento de huercalenses que viven y trabajan aquí, incluso muchos que realizan una importante labor fuera de su pueblo. ¿Habría entonces que recuperarlos y hablar de ellos? Científicos, periodistas, pintores...
-En un primer momento, se hizo una encuesta popular para que se votara el nombre para el Teatro,¿ optó por alguno en especial?
-Me consta que se hizo a nivel de Internet, y la verdad es que no recuerdo si yo mismo participé. Personalmente me hubiera gustado un nombre femenino y si me permite se lo voy a decir, sin que esto signifique que me causara mayor inquietud el nombre que finalmente se le puso: Rafael Alberti. Me considero demócrata, tolerante y amante de la libertad, así que acepto cualquier iniciativa si viene con sanos principios. Mi opción hubiera sido Mariana Pineda, símbolo y mártir de la libertad, pero seguramente también habrían arrancado su nombre de la fachada del Teatro Municipal.
-¿Cómo definiría la actuación de la Concejalía de Cultura?
-Ni siquiera ha pasado por un pleno, donde también lo hubieran tenido fácil. Me parece un auténtico disparate y algo que debemos entender como muy personal y esa, precisamente, no sabemos si es la voluntad del pueblo, claro. Y bueno, de haber mantenido ese Patronato anterior quizá no hubiera sido posible, pero claro cuando uno se rodea de gente inteligente, tampoco puede hacer lo que uno quiera.
-Como escritor e intelectual, relacionado directamente con el mundo las letras, ¿qué le ha parecido que eliminen el nombre de Rafael Alberti del Teatro Municipal?
-Eliminar es un vocablo que suena bastante fuerte, créame, y esa ha sido la sensación que hemos tenido cuando hemos visto desaparecer el nombre del Teatro Municipal. ¿Qué le voy a decir? Creo que hay actitudes que por mucho que uno represente a una institución se salen fuera de lo establecido. Democráticamente, no es lo más acertado porque suena a revanchismo y en estos momentos, precisamente, de eso no debemos hacer gala. Las urnas ponen a nuestros políticos en sus puestos, y con nuestro voto confiamos en el buen quehacer de los mismos. En este país hay una evidente alternancia como se ha visto en las últimas décadas y personalmente debemos ser respetuosos, gobierne quien gobierne. Flaco favor le hacemos a los ciudadanos con actitudes caciquiles en pleno siglo XXI, el talante político se mide precisamente por la inteligencia y la tolerancia y de esto parece que algunos aun no se han dado cuenta. ¿Es esta acción un capricho personal? ¿Es ideológica? ¿Revanchismo con todo lo anterior? ¿A quién le hace daño el nombre de Rafael Alberti? Esas y otras más serían las preguntas que deberían hacerse algunos de nuestros representantes municipales y por supuesto estar mejor informados.
-El edil de Cultura, Antonio Lázaro, señaló que no tiene vinculación alguna con el municipio, ¿cree necesaria esa vinculación o es Alberti merecedor por su trayectoria?
-Esto es provincianismo, y este pueblo hace tiempo que dejó de ser provinciano, o al menos algunos lo intentamos con nuestro trabajo en pro de la cultura. ¿Vinculación con el municipio? ¿Es este un requisito necesario o, simplemente es una respuesta política? No sé muy bien lo que realmente piensa nuestro edil, pero le aseguro que nuestros intelectuales, de derechas o de izquierdas, o como se le quiera calificar tienen la suficiente valía, personalidad y obra como para que se hable de ellos, se escriba, se les pongan calles, plazas y teatros. Recientemente, publicaba un libro de ensayos donde de alguna manera reivindicaba la figura de una serie de escritores y al escribir ese libro poco me importaba su ideología (que la tenían, se lo aseguro) pero lo más interesante había sido su labor en una España pre-bélica y post-bélica, habían sido principales figuras de la poesía, el teatro, el periodismo o la novela, y eso era lo que realmente significativo. El libro se llama Disidencias, y eso era precisamente lo importante: sus disidencias en el panorama cultural. Sin duda, y al margen de todo lo que he dicho, Rafael Alberti, es un escritor universal que honra con su nombre un edificio tan extraordinario como nuestro Teatro Municipal. Cuando un grupo de huercalenses asistimos a las representaciones, creo que nos importa más la calidad de lo que allí vamos a escuchar, a ver, o a disfrutar. ¡Que por cierto, somos siempre los mismos y, algunos de nuestros dirigentes políticos, deberían tomar nota y, también, asistir para que, al menos, allí los viéramos!
-En las primeras declaraciones que realizó Lázaro hacía alusión a la ideología del autor, ¿le parece que ha sido el tema fundamental para el cambio?
-Indiscutiblemente, aquí hay un problema de ideología y repito, no me explico los radicalismos en pleno siglo XXI, y en cuanto a la vinculación, me temo que a los huercalenses nos faltan nombres para calles, plazas, edificios o acontecimientos. No hay que salirse por la tangente y una vez que uno ha decidido retirar el nombre de una fachada, explicar de una forma convincente cuál ha sido realmente su intención. Quizá no sea políticamente correcto, pero ya somos mayorcitos para aguantar el chaparrón que nos pueda venir encima. Y mucho me temo que se ha abierto una auténtica guerra ideológica porque, claro, podemos pensar que cuando cambiemos de signo político en el Ayuntamiento, los gestores siguientes volverán a hacer lo mismo y esto si que es algo tremendamente que nadie puede tolerar. La democracia inspira respecto, el respeto nos lleva a la libertad y la libertad es la bandera de los hombres de buena voluntad, y no hay nada más que hablar o decir al respecto.
-¿Cómo ha vivido esta polémica?
-Personalmente, como vecino con alguna sorpresa, incluso no llegaba a creérmelo y como hombre inquieto intelectualmente, me parece una desfachatez porque si con manifestaciones y actitudes como éstas estamos todos los días en la prensa qué pensarán los pueblos vecinos, la comarca, incluso parte del resto de España, sin que esto signifique mucho, aunque parece que a nuestros políticos sí les importa el pueblo y lo que se diga y se haga en él. Ya he leído manifestaciones de personalidades importantes al respecto y no acaban de creerse que pueda haber sentimientos encontrados como los que aquí se manifiestan. Me importa la imagen exterior de mi pueblo, donde convivo con mucha gente, con buenas personas, con inquietos del mundo de la cultura y sino hagamos un recuento de huercalenses que viven y trabajan aquí, incluso muchos que realizan una importante labor fuera de su pueblo. ¿Habría entonces que recuperarlos y hablar de ellos? Científicos, periodistas, pintores...
-En un primer momento, se hizo una encuesta popular para que se votara el nombre para el Teatro,¿ optó por alguno en especial?
-Me consta que se hizo a nivel de Internet, y la verdad es que no recuerdo si yo mismo participé. Personalmente me hubiera gustado un nombre femenino y si me permite se lo voy a decir, sin que esto signifique que me causara mayor inquietud el nombre que finalmente se le puso: Rafael Alberti. Me considero demócrata, tolerante y amante de la libertad, así que acepto cualquier iniciativa si viene con sanos principios. Mi opción hubiera sido Mariana Pineda, símbolo y mártir de la libertad, pero seguramente también habrían arrancado su nombre de la fachada del Teatro Municipal.
-¿Cómo definiría la actuación de la Concejalía de Cultura?
-Ni siquiera ha pasado por un pleno, donde también lo hubieran tenido fácil. Me parece un auténtico disparate y algo que debemos entender como muy personal y esa, precisamente, no sabemos si es la voluntad del pueblo, claro. Y bueno, de haber mantenido ese Patronato anterior quizá no hubiera sido posible, pero claro cuando uno se rodea de gente inteligente, tampoco puede hacer lo que uno quiera.
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