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Más de 2.000 vecinos acompañaron en la
procesión al Santísimo en el recorrido que se hizo en su día, hace 280 años,
desde la antigua ermita a la actual Iglesia
El municipio de Huércal-Overa se ha
volcado esta noche con la celebración de su tradicional Noche de las
Lumbres, una cita en la que se rememora
la Historia
del municipio, conmemorado el traslado del Santísimo a la Iglesia
Parroquial de Huércal-Overa, desde su antiguo emplazamiento en la carretera
Nacional hasta el actual en pleno centro de la localidad en el año 1.739. Este
año se celebraba el 280 aniversario del traslado del Templo Parroquial.
La tradición
comenzó con la procesión a la que acompañaron más de 2.000 vecinos, entre
ellos el Alcalde del municipio, Domingo Fernández junto a otros representantes
de la
Corporación Municipal , con el Santísimo en el
recorrido que se hizo en su día desde la antigua ermita a la actual Iglesia.
Los vecinos portaban velas y al paso de la procesión se fueron
encendiendo lumbres por las calles, rememorando así lo que hicieron los
antepasados ya que antiguamente no había electricidad y por ese motivo se
tuvieron que encender lumbres por las calles para acompañar al Santísimo en el
recorrido del traslado.
Parada en el
altar instalado en la casa en donde se encontraba el antiguo Templo y donde
hubo momento para el rezo por parte del Párroco Victor Manuel Fernández,
acompañados de un nutrido grupo de vecinos, entre los que se encontraban muchos
niños.
Al paso de la
procesión se fueron encendiendo candelas y cinco lumbres situadas una a la
altura de la Plaza de Abastos, una segunda en la Plaza Obispo Ginés G. Beltrán,
y las tres tradicionales de las Glorietas.
El Alcalde
señaló que “los vecinos se han echado a la calle para rememorar parte de la Historia de nuestra Villa,
tradición que apoyamos e impulsamos desde el Ayuntamiento. Los huercalenses hoy
han formado parte de la procesión y el
grupo ha sido muy numeroso, contando entre ellos con muchos niños lo que nos dice
que nuestras tradiciones continúan vivas y van a permanecer en el tiempo, ellos
son la base para nuestro futuro y son los que tendrán que mantener nuestras costumbres
y citas tradicionales, por lo que es desde niños cuando tenemos que hacerlos
participes de las mismas”.
Tras la
procesión y finalización de la
Eucaristía fueron muchos los vecinos que aprovecharon para
poner la nota solidaria a la jornada ya que Manos Unidas instaló una barra en
la que poder tomar unas tapas con el objetivo de recaudar fondos para la
causa. También los hubo que se reunieron en torno a sus lumbres para
disfrutar de la convivencia en la jornada con amigos y familiares.
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