Encarna Lorenzo, presidenta de la Asociación Contra el Cáncer, con su vida y palabras es ejemplo de lucha y de generosidad
Encarna Lorenzo, presidenta de la Asociación Contra el Cáncer de Huércal-Overa, haciendo encaje de bolillos. / J. S. |
JENNIFER SIMÓN
Hace cinco años le quitaron un riñón, afectado por la dichosa enfermedad, el cáncer. Fue ahí donde vio «esa labor gratuita, desinteresada, tan amable de personas que ayudan a quiénes como yo y mi familia pasábamos por aquello», aseguró, y deseó poder crear un grupo de voluntarios que ayudaran a la gente como ella que pasaban por ese trago. Y fue así, como después de 17 años sin ningún colectivo en el que los enfermos y familiares pudieran apoyarse , se creó en Huércal-Overa, su pueblo, la Asociación del Cáncer. Y fue así, como día a día, han conseguido que, hoy por hoy, esas personas no estén solas, sepan dónde acudir, y vivan mejor a pesar de la enfermedad.
Al fin y al cabo, y escuchando a Encarna, con esa decisión y fuerza, el miedo a la muerte se disipa. «¿Quién te dice a ti que tú vivirás más que yo?, cada uno llevamos nuestra fecha de caducidad, como los yogures, y cuando llega, llegó, al final la muerte forma parte de la vida, y lo importante es vivir. Yo decidí vivir y es lo que hago. Eso sí, es necesaria la ayuda de la familia, y también de profesionales. A mí, por ejemplo, me visitan las enfermeras de enlace, vienen y cuando me duele algo, pues me dan mis dosis de morfina, me quitan el dolor que pueda aparecer y así también me quitan el miedo, puedo seguir haciendo todo lo que quiero hacer. Sin que nada duela, el pensamiento de la muerte desaparece. Y así, no paro. Yo y mis compañeras siempre estamos cosiendo, haciendo manualidades. ¿Ves todo eso, (dice señalando un cuadro que cuelga de la pared y un buen montón de cajas) lo hacemos nosotras, eso lo he hecho yo, todo lo vendemos y así recaudamos dinero para la asociación que va destinada a la investigación y a todos los servicios que ofrecemos a enfermos y familiares». Su miedo era sufrir porque lo vivió con un cuñado suyo, «antes se sufría mucho y se asimilaba la palabra cáncer con muerte y con dolor. Ahora todo ha avanzado, y hay cánceres que tienen cura, y contra los que hay que luchar, hay otros peores, pero siempre hay que luchar. Sin embargo, cuando alguien está como yo, lo primero es ser consciente de lo que hay, y si se sabe que no hay nada que hacer, pues lo que no hay que hacer es sufrir. Vivir y luchar con la enfermedad, para que ella no pueda con tu vida», explicó.Hoy Encarna Lorenzo sigue luchando, como antes, regalando parte del regalo que ha ido recibiendo, dos años más de vida. Hace algo más de 24 meses le diagnosticaron metástasis en el único pulmón que tiene, le dieron meses de vida, pero decidió vivir, y vivir bien, y ya va por dos años. «Me lo ha regalado la vida, dos años de disfrutar de mis actividades, de ver cómo crece mi asociación, de ver a mi familia, de disfrutar de los días, de los momentos, de los instantes», explicó a IDEAL, una mujer conocida en todo el pueblo por su fuerza, por su generosidad, su amabilidad, su ánimo continuo a quién lo necesita y mucho más. «Cuando me dijeron que tenía metástasis en el pulmón, le pregunté al médico las opciones, me dijo que o me operaba o me moría, le pregunté qué probabilidades tenía de que la operación me curara, me dijo que ninguna. Así que decidí vivir, sin sufrir, sin dolor. Hay que luchar, pero no obstinarse en vivir de cualquier forma. Vivir dignamente. Cuando estoy un poco más baja, me animan. Mi hija, el otro día que estaba yo un poco más 'depre', me dio una gran lección. Me dijo, mamá, ¿qué ocurre? ¿Qué piensas, que te vas a morir? Bueno, claro, pero no puedes estar pensándolo. Tú decidiste muy bien hace dos años, y todo el tiempo que te regale la vida lo tienes que aprovechar, sigue viviendo el día, el instante. Sal donde quieras, come lo que quieras, haz lo que te apetezca, al final es lo que te vas a llevar».
Con esa claridad de ideas, y con esa fuerza, Encarna ayuda a quién lo solicita desde la asociación y sus servicios. «Ahora llega más gente que antes, además yo siempre quise que todo fuera muy transparente y así lo hacemos, que todo lo que se dona la gente sepa dónde va, y así hay mucha más colaboración. Lo estamos comprobando con todo lo que hacemos, que es mucho, no dejamos de hacer cosas y los vecinos se vuelcan en todo lo que organizamos y eso es un gran orgullo y una inmensa satisfacción», concluyó diciendo Encarna Lorenzo.
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