Cada año, esa noche, las calles y plazas de Huércal Overa y sus pedanías se pueblan de lumbres que encienden los vecinos, para recordar aquella jornada en la que la parroquia fue trasladada a su actual ubicación, desde le ermita que se encontraba en la carretera nacional, hace ahora 274 años. Los vecinos de Huércal Overa, de forma espontánea, encendieron hogueras para iluminar el paso del Santísimo y las imágenes sagradas de la parroquia. Fue en 1739, cuando estuvo finalizada la actual Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción. Desde entonces los vecinos, unidos por barrios, dedican varios días a recopilar leña para el encendido y disfrute de la Noche de las Lumbres.
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