viernes, 12 de septiembre de 2014

El Seprona estrecha más el cerco sobre los autores de las trampas para ciclistas BTT


Desde los colectivos de mountain bike se pide que se denuncie más y se sospecha de los cazadores

Se han extendido por todo el país tras las primeras denunciadas allá por el mes de marzo, y la provincia de Almería no iba a ser menos teniendo en cuenta sus numerosos kilómetros de senderos y recorridos para bicicletas BTT. La última denuncia se produjo en Huércal-Overa y corrió a cargo de ciclistas, pero apoyada por el Ayuntamiento al entender que se dañaba a los deportistas pero también a la imagen del municipio. Se trata de trampas elaboradas con clavos y tornillos y enterradas en mitad del recorrido para hacerlas menos visibles para los que circulen por el mismo. Amenazantes y extremadamente peligrosas, pueden cobrarse alguna vida. 

La Guardia Civil se puso manos a la obra para intentar localizar a los responsables de su colocación, y las pesquisas empiezan a dar algunos frutos. En los próximos días se podría localizar a algún autor, pero ya de entrada lo que se ha conseguido es un mayor control y vigilancia, lo que reduce sobremanera las oportunidades de colocación de más de estas trampas, que pueden resultar mortales. En un descenso o en una curva, con la velocidad y el equilibrio que llevan los ciclistas y lo angosto o inclinado del trazado, los pinchazos repentinos y violentos de las ruedas de las bicicletas pueden ocasionar accidentes realmente graves. Fuentes del Seprona hablan de avance en la localización de los responsables.

  En el caso concreto de Huércal Overa, a pesar de la dificultad del recorrido precisamente por sus pendientes y también por el piso pedregoso, los integrantes del Club de Ciclismo IndalBike, que es de la localidad, se atreven con él, aunque no de modo habitual. Eso sí, está más indicado para senderistas y corredores a pie, que son los habituales usuarios, pero eso no impide que los integrantes de esta entidad se preocupen y denuncien. Son púas clavadas hacia arriba en un sendero de 2 kilómetros ubicado en el camino que hay detrás de El Castillo. La acción solidaria entre deportistas se lleva muy a gala por el IndalBike, desde el que se confía en la Benemérita y la Policía Local. 

El resto de recorridos del municipio están limpios de este tipo de trampas, pero se han extremado las precauciones para evitar riesgos. Eso es algo que se debe realizar siempre, puesto que de deporte extremo, entendido como de dureza en su práctica, se ha pasado a deporte de riesgo por culpa de los autores de unas trampas tristemente puestas de moda por todo el país. Hay riesgo por velocidad y complicación del recorrido, pero no debe haberlo por púas y tornillos buscando una caída. Lo que afortunadamente no ha llegado a Almería es otra modalidad de trampa como la de los alambres atravesando el camino, algunos incluso a la altura del cuello del ciclista.  

En otros lugares de la provincia también han aparecido trampas de púas, como cerca de Calar Alto, en la localidad de Gérgal, y según se apunta por parte de varios colectivos de ciclistas, todo esto no supone una novedad sino que se remonta a al menos dos años atrás. No ha habido demasiadas denuncias en ese tiempo, pero sí que se insiste en que se transitan caminos de dominio público y no cotos de caza. Los que las colocan buscan que no haya tiempo de reacción por parte del ciclista, cuya vida corre serio riesgo, además de las lesiones graves que pueden ocasionarse en las caídas a una alta velocidad o por un terraplén. 

 Se ha determinado por parte de los investigadores que muchas de estas trampas lo que buscan es impedir el paso de bicicletas o motos, causando averías en los vehículos eso sobre todo en lo referente a piedras escondidas o a barras de metal semienterradas, pero sin medir que se puede hacer mucho daño a las personas que los conducen. El problema se circunscribe a los deportistas aficionados, los que no participan en competiciones que están controladas por la Federación Española de Ciclismo, que viene a lavarse las manos sin echar cuentas a que los que compiten lo hacen tras muchas horas de entrenamiento por los montes. 

Las primeras miradas de sospecha se fueron hacia los cazadores, que se quejan de la invasión por parte de los ciclistas de sus cotos de caza. Dichas zonas están señalizadas con los Prohibido el Paso al tratarse de propiedades privadas, pero el problema ha surgido principalmente cuando las trampas han proliferado en los senderos. Desde el colectivo ciclista se anima a realizar denuncias al Seprona y no limitarse a hacerlo en los foros de redes sociales con los que cuenta el deporte de la bici de montaña. Hay vidas que pueden correr peligro y por ello no se debe dudar ni perder firmeza a la hora de erradicar este tipo de acciones.

http://almeria360.com/

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