miércoles, 17 de octubre de 2012

El Premio Planeta vivió su noche más ‘almeriense’

Lorenzo Silva ejerció como profesor en el Levante y ha ambientado en Almería pasajes de la serie ahora reconocida. G.H. Guarch, a las puertas del galardón.


Marta Rodríguez / Evaristo Martínez

Lorenzo Silva y Gonzalo Hernández Guarch.  [ La Voz ]
El Palacio de Congresos de Cataluña, en Barcelona, acogió el lunes la velada literaria en la que se dio a conocer el fallo del Premio Planeta 2012. Aparte de las desavenencias políticas entre algunos de los presentes --Wert, Mas y la ya famosa expresión de “españolizar a los niños catalanes”--, la gala no estuvo exenta de expectación. No en vano, estaba en juego un premio de 601.000 euros --el mejor dotado del mundo después del Nobel de Literatura-- y había diez obras finalistas.
El escritor Lorenzo Silva estaba en todas las quinielas y finalmente se alzó con el galardón por ‘La marca del meridiano’, última entrega de la serie de novelas que protagonizan los guardias civiles Bevilacqua y Chamorro.
El autor madrileño, que aprovechó la entrega para defender que no haya ninguna raya entre Madrid y Barcelona más allá de la línea imaginaria de Greenwich, está unido profesional y personalmente a Almería. El Levante fue su primer destino como profesor, ya que Vera y Cuevas del Almanzora fueron los municipios por los que empezó a recorrer España de instituto en instituto.

“Desde entonces he vuelto con frecuencia y, además, a lo largo de estos años he hecho muy buenos amigos, como Pedro M. Domene de Huércal-Overa, Enrique López de Vera, Antonio Orejudo, almeriense capitalino de adopción, y Manuel Martín Cuenca de El Ejido. Con lo que cubro casi toda la provincia”, explicó en una entrevista a LA VOZ publicada en octubre de 2010.

Fruto de ese vínculo con esta tierra, ‘La estrategia del agua’, la sexta parte de la serie ahora reconocida, incluye algunos pasajes ambientados en Almería y contiene referencias por ejemplo al indalo. “El paisaje de Almería es poderoso y, por supuesto, hay crímenes. Los hay dondequiera que hay humanos, pero en esta provincia se registra una serie de realidades singulares, asociadas a determinadas fuentes de riqueza --el turismo, la agricultura de invernaderos, la voracidad urbanística-- que propician la posibilidad de encontrar argumentos potentes y originales para una novela negra”, apuntó Silva.

Asimismo, la película ‘La flaqueza del bolchevique’ de Manuel Martín Cuenca está basada en la novela homónima de Lorenzo Silva. Este título fue finalista del Premio Nadal que años después el madrileño consiguió con ‘El alquimista impaciente’.

Además, este verano, en la Semana Negra de Gijón, Silva participó en un particular encuentro con un autor almeriense, Bruno Nievas, de modo que cada uno dio a conocer la obra del otro. Así, el ganador del Premio Planeta 2012 habló a los lectores de ‘Realidad aumentada’ y Nievas hizo lo propio con ‘Niños feroces’.

A las puertas del Planeta
Y mientras Lorenzo Silva esperaba para constatar el runrún que durante toda la tarde había circulado por los mentideros culturales --que él sería el ganador de esta edición--, a más de ochocientos kilómetros de distancia el escritor y arquitecto barcelonés afincado en Almería Gonzalo Hernández Guarch seguía la gala a través de la radio. El año pasado ya quedó entre los diez finalistas con ‘La montaña blanca’ (presentada con el seudónimo de ‘El hombre de Oriente’, de Thomas Hardy) y en esta edición había llegado a la misma fase con ‘Corresponsal en Rusia’, que concursaba bajo el nombre de Paul Alexander.

Sin demasiada fe en el triunfo fue escuchando cómo iban cayendo los rivales hasta que se anunció la terna definitiva: su obra y otras dos también con seudónimo, ‘El búnker’, de Pilar Otero (que escondía la identidad de la finalista, ‘La vida imaginaria’, de Mara Torres) y ‘Te protegeré’, de Bernie Ohls (la de Lorenzo Silva).

“Esta vez sí puede decirse que me he quedado a las puertas. No tengo nada que objetar contra la política editorial de Planeta de apostar por un perfil más mediático. Son las reglas del juego y las acepto. Es un honor llegar al final y si se descuidan entro”, explica a LA VOZ con una sonrisa Hernández Guarch.

Así, tras estar dos años en la órbita del Planeta, el autor de obras como ‘Historia de tres mujeres’ o ‘La trilogía armenia’ --publicada en Estados Unidos, Francia, Armenia y Rusia-- ve el lado positivo de concurrir al galardón. “Hay quien se preguntará por qué sigo enviando manuscritos, por qué el esfuerzo de escribirlos... En cualquier caso, la obra verá la luz y presentarme al Planeta me permite que los editores puedan conocerme y, quién sabe, publicarla. No estoy molesto, al contrario: sé que el libro lo ha leído un jurado de especialistas y que entre las 432 obras presentadas me he quedado en la misma puerta”.

En ‘Corresponsal en Rusia’, Guarch vuelve a uno de sus géneros predilectos, la novela histórica, para hablar de la revolución rusa. “Lo hago desde el punto de vista cultural: qué pasó con la danza, la música, la pintura, la arquitectura, la ciencia... y cómo las vanguardias previeron que iba a haber un cambio en las formas y comportamientos de los actores políticos. Honestamente, creo que es una buena novela y estoy muy satisfecho de cómo que quedado”.

Ahora, en la trayectoria de este prolífico autor, con más de 25 obras en su haber, un nuevo proyecto, ‘Algo más que un sueño’, sobre la historia de los judíos de Viena desde el Tratado de Versalles hasta la creación del Estado de Israel. Y quizás algún día, por qué no, Guarch podrá decir que el Planeta ha sido eso: algo más que un sueño.




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