Carolina Aznar
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Con la llegada del verano y la finalización del colegio son muchas las familias que optan por las escuelas de verano, una alternativa educativa y de ocio que en el caso de Huércal-Overa acoge a 150 niños, el tope de plazas ofertadas. Ya sea porque los padres no tienen con quien dejarlos, porque la crisis ha dejado sin vacaciones a las familas o por los precios asequibles, -de 50 a 190 euros- y que el Ayuntamiento ha decidido no subir, “este año hemos notado un importante aumento de niños que participan y se han ocupado todas las plazas”, confirma la concejal de Deportes y Educación, Lucia Parra. Esta actividad, orientada a niños de entre tres y doce años, supone para los pequeños una experiencia de aprendizaje que sirve para fomentar las relaciones sociales fuera del círculo que supone el colegio y la familia. Durante las ocho semanas que dura el programa, los niños pueden acudir desde una semana a la totalidad de las mismas, realizan actividades deportivas, recreativas y artísticas, “cada una de ellas organizadas teniendo en cuenta las edades”, explica la coordinadora de la Escuela de Verano, Miriam Sánchez. También hay clases de inglés y repaso escolar “con las fichas y cuadernos que traen los propios niños” y, además “se les prepara para el siguiente curso”. Junto a las actividades que realizan en grupo, con las que aprenden a participar en proyectos colectivos y respetar los distintos puntos de vistas, se incentivan las individuales “para desarrollar iniciativas propias como la originalidad y la creatividad y sepan ser independientes”. Para atenderlos hay nueve monitores, uno de Inglés y otro de Educación Especial ya que hay varios alumnos con necesidades especiales. | ||||||||
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